Continúo con mi videoblog, que tiene 1600 suscriptores. Esta «temporada» consiste en nueve vídeos que cubren diversos aspectos del acoso escolar y cómo combatirlo. Presto especial atención a las recomendaciones para los padres y a la discusión de libros modernos para niños y adolescentes que abordan los temas de la amistad como salvación, el primer amor, las relaciones difíciles con los padres y el acoso escolar. En estos libros, los autores ofrecen a los niños casos reconocibles y formas de salir de situaciones difíciles de la vida. Hablé de cada uno de estos libros con niños y adolescentes de 12 a 17 años. Mi primer vídeo de la temporada 2020 es «Entonces, ¿cómo respondes a los groseros ataques de tus superiores?» Lo dediqué a las personas que vieron y comentaron mi vídeo más popular, «Cómo responder a los groseros ataques de la dirección» (2017). Ese vídeo obtuvo más de 100 000 reproducciones y provocó una animada reacción en los comentarios. Me doy cuenta de que he abordado el tema más delicado de la sociedad moderna: la relación entre un subordinado y un gerente.
Hay palabras de agradecimiento en los comentarios, pero también hay quejas en mi contra. Me reprochan que probablemente no haya sufrido abuso emocional en el lugar de trabajo, ni que haya sido acosado o acosado. Algunos comentaristas han escrito que «no entiendo» a las personas que, para no perder su trabajo, tienen que soportar los insultos y las reprimendas por parte de sus superiores. La verdad es que no lo entiendo. He sido acosado repetidamente de intensidad variable en mis lugares de trabajo. Pero nunca toleró en silencio los insultos y las críticas infundadas. Siempre he tratado de averiguar las razones y de tener una conversación sincera con el abusador para entender los motivos de su comportamiento agresivo. Otras veces, cuando tenía mucho que perder, luchaba desesperadamente y, a veces, me iba de inmediato y en silencio, ya que había aprendido a darme por vencida para mantener mi tranquilidad y autoestima. Pero nunca me caí de espaldas con las patas levantadas; mi agresor nunca tuvo la última palabra. No sé cómo tolerar la depreciación.
Y no puedo imaginarme cómo puedes ser acosado durante varios años seguidos por tu jefe y compañeros de trabajo que lo apoyan sin tratar de protegerte y/o encontrar otro trabajo. Practicaba artes marciales y aprendí que la muerte es siempre la mejor consejera en este tipo de situaciones. En otras palabras, tenemos muy poco tiempo para pasarnos la vida con gente mala.
Agradezco a mis lectores y suscriptores por compartir su experiencia personal y sus estudios de casos. Dedico este vídeo con mi caso de respuesta a todos los trabajadores que no tuvieron miedo de defender su dignidad personal y profesional, a los que dejaron sus vergonzosos trabajos y a su grosero jefe y partieron sin miedo en busca de un nuevo trabajo. Estoy seguro de que, al final, todos aquellos que se atrevan a alzar la voz en su defensa o a apoyar a un colega serán apreciados en otro lugar de trabajo por sus cualidades profesionales y su autoestima preservada. Confía en mi experiencia.